Parte de mi trabajo incluye hacer cosas que no parecen trabajo. Y no porque sean tan agradables que no siento que esté trabajando, sino porque paso horas yendo de un lado a otro, haciendo colas y gastando plata. Son los días que voy a comprar insumos, materiales y herramientas. Esta semana me tocó el tour por la calle Libertad, para encargar la fundición en plata y bronce para mis aros. En esa zona también consigo las herramientas y muchos de los materiales para joyería, así como los componentes de plata 925 (como los pasantes) que sueldo a los aros y las calotas, mariposas, etc. Saber donde conseguir cada cosa es algo que se aprende con el tiempo, gracias a las recomendaciones de maestras de joyería y colegas y con la paciencia de recorrer la calle desde Rivadavia hasta Corrientes, una y otra vez. La cantidad de artículos que se pueden conseguir parece infinita, las galerías llenas de locales especializados son muchas y los lugares en los que hay que meterse a veces son impensables, especialmente los proveedores de metales preciosos: suelen estar en ubicados en departamentos, a los que se llega subiendo en ascensores viejos. Y luego de tocar timbre mientras notamos que somos observados por una cámara de seguridad, puede pasar que se abra la puerta para acceder a un hall con rejas, que eventualmente se abrirá y tendremos acceso a las oficinas donde, detrás de un mostrador, nos espera alguien que se ocupara de transformar nuestras creaciones en piezas de plata. Es también imprescindible aprenderse el vocabulario especifico para herramientas y tipos de trabajo requeridos y las modalidades de venta: desde los materiales costosos vendidos solo en efectivo al presupuesto de un costo que, si logramos descifrarlo, nos revelará el valor de lo que acabamos de encargar, cuando vayamos a retirarlo unas semanas más tarde. Es realmente un lujo contar con tantos recursos agrupados en un solo lugar. Es una de las cosas que me maravilla de esta ciudad. Así como esta vez me tocó ir a la calle Libertad a conseguir los elementos para joyería, otras veces iré a la calle Pasteur a recorrer las mercerías o a Warnes para comprar chapas. Si preciso maderas, tengo una maderera a 7 cuadras, los textiles los compro en Primera Junta o Almagro y para los insumos artísticos me cruzo a la librería de enfrente (que aunque no tiene los mejores precios, está abierta 6 días a la semana y me salva siempre que necesito algo con urgencia) o me voy a alguna de las tantas liberarías artísticas que hay en la ciudad, y que para mi son como la cueva de Alí Baba. Papeleras para materiales de embalaje hay muchas en mi barrio y cuando preciso materiales cerámicos me voy a Ciudadela, al taller de mis padres. Si a pesar de todos estos recursos, no logro conseguir algo, entonces quizás dé una mirada a ver si lo consigo online. Adquirir materiales es todo un esfuerzo y un aprendizaje, son conocimientos que valen y hacen la diferencia en aquello que ofrecemos. Si tuviera asistentes, seguramente no me tendría que ocupar de ir a todos estos lugares. Pero como no cuento con ese lujo, trabajo sola y a pulmón, me toca hacer todas esas expediciones y más. Quería compartir estos detalles porque estoy segura de que es difícil imaginarse el trabajo que hay detrás de un simple par de aros, por ejemplo. Mas allá de pnesar la pieza, diseñarla y modelar sus partes, tengo que saber dónde encontrar todo lo que necesito para terminarla. Este relato quizás también ayude a comprender la diferencia de costo entre una pieza hecha a mano y otra industrial. Y sobre este ultimo detalle, quiero mencionar algo que me parece importantísimo: Pero cuando adquirimos una artesanía importada de algún lugar lejano, que no sabemos si efectivamente fue hecha a mano o es de producción industrial, no podemos tampoco saber en qué condiciones fue elaborada, si la persona que la hizo recibió un pago justo por su labor o si la fábrica donde las hacen ofrece a sus trabajadores un entorno seguro y un salario digno. Esto es a lo que se denomina trazabilidad, es decir, todo lo que podemos saber de cómo y con qué se hizo algo que compramos. Por su puesto, es imposible rastrear el origen de todos los materiales y todos los procesos, pero cuanto mas nos acerquemos a ese origen, mejor. Lamentablemente suele pasarse por alto pero es de suma importancia entender de donde vienen las cosas que compramos, porque con la plata que ponemos en esa compra estamos apoyando ese modo de producción, que muchas veces es, en realidad explotación. Para mi, por otro lado, es importante entender que mi trabajo tiene muchas facetas distintas y todas son valiosas, aunque a veces no lo parezcan. Por eso, si van a comprar algo artesanal y trazable, no se olviden que, además de llevarse algo hermoso, están apoyando el trabajo de alguien. Y eso es muy valioso. CURSO ONLINE A MITAD DE PRECIOEste mes comenzó la edición INTENSIVA de El gesto propio, en la modalidad TALLER PRESENCIAL DE DIBUJO. Es una felicidad poder tener estos encuentros, que lamentablemente no son muy frecuentes por todo lo que implica organizarlos. Si te quedaste con las ganas de participar, podés optar por el CURSO DE DIBUJO ONLINE, una versión más extensa en la que profundizamos en distintas técnicas de dibujo a través de proyectos desarrollados en 12 videos de 15 minutos de duración para hacer a tu ritmo. Aprovechá el descuento del 50 % y llevalo a solo $20.000
NUEVAS PIEZAS EN PATRŌNDescubrí una nueva selección de mi joyería en porcelana, textiles y metales en: PATRON CONCEPT STORE DESTACADAFORMACIONES Nª6 Tinta sobre papel con marco de madera natural
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